lunes, 13 de febrero de 2012

Nunca un hombre estuvo tan solo

Se cumplen 28 años desde que un astronauta McCandless se separó sin ninguna atadura 100 metros  de la nave en la que estaban



La imagen todavía resulta escalofriante. Flotando en el espacio, sin ninguna atadura, el astronauta Bruce McCandless debía de contemplar los casi cien metros que le separaban de la nave Challenger como la distancia que existe entre la soledad más absoluta y la seguridad, relativa, del abrigo del transbordador. Nunca un ser humano se había aventurado tan lejos de esa forma. El pasado domingo se cumplieron 28 años de ese primer paseo espacial sin ataduras, un vuelo libre en el que se utilizaba una mochila de propulsión a chorro llamada Unidad de Maniobra Tripulada (MMU) para alejarse de la nave. El ingenio fue retirado por seguridad después de su empleo en tres misiones.

La foto histórica que puede contemplarse sobre estas líneas fue tomada cuando McCandless se encontraba a más de 97 metros de distancia del Challenger, la longitud de un campo de fútbol. El astronauta de la NASA solo llevaba consigo una mochila propulsada llamada Unidad de Maniobra Tripulada (Manned Maneuvering Unit). La mochila, que pesaba 140 kilos, se acoplaba al traje espacial y se propulsaba mediante nitrógeno expulsado a alta presión. Tenía unos controles con los que el astronauta podía desplazarse sin ataduras. La mochila fue utilizada tan solo en tres misiones del transbordador durante 1984, especialmente para reparar satélites, y después fue retirada por ser demasiado peligrosa.

Fuente: abc.es

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