La sonda Interstellar Boundary Explorer (IBEX), que estudia las fronteras de nuestro sistema planetario en órbita a 322.000 kilómetros de la Tierra, ha conseguido el mejor vistazo de la composición de materia de fuera de nuestro Sistema Solar, materia interestelar que viene de otro lugar de la galaxia y que los científicos creen que es en realidad la «arcilla divina» de la que están formados los planetas, las estrellas e incluso los seres humanos. La investigación, que aparece publicada en la revista Astrophysical Journal, ofrece nuevas pista sobre sobre cuándo y cómo se formó nuestro Sistema Solar y la historia de otras estrellas en la Vía Láctea.
El equipo encargado de analizar los datos de IBEX ha descubierto en esta materia interestelar partículas de hidrógeno, oxígeno y neón, además de confirmar la presencia de helio. Estos átomos son los restos de viejas estrellas que han terminado sus vidas en violentas explosiones como supernovas, las cuales dispersaron estos elementos a través de la galaxia. El viento interestelar empujó las partículas neutras a través de la Vía Láctea y fueron detectadas por IBEX.
Los científicos han hallado que en el viento interestelar se encuentran 74 átomos de oxígeno por cada 20 de neón, mientras que en el Sistema solar esa proporción sube a 111 de oxígeno por cada 20 de neón. «Nuestro sistema solar es diferente al espacio que está fuera de él, lo que sugiere dos posibilidades», sostiene David McComas, uno de los principales investigadores del proyecto IBEX. Según argumenta el científico, puede que el Sistema solar se desarrollara en una parte separada de la galaxia más rica en oxígeno, diferente a la que ocupa actualmente. La otra posibilidad es que una gran cantidad de partículas de oxígeno estén atrapadas en polvo o en hielo en el espacio interestelar, incapaces de moverse libremente.
Fuente: abc.es
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